viernes, 18 de diciembre de 2009

Memorias de un loco.

Hola, soi Antonio. Habrán leído que he puesto soi, en lugar de soy. Ya sé que es una falta de ortografía (lo de acentuar las qué's sí es falta de ortografía, las acentúo todas sin ton ni son) pero tengo esa manía de escribir con íes latinas, algo tendré de latino.... Lo dije al presentarme, hace unos días.

Aunque algunos por Antonio, poco. Mejor el mugli. Ese mote me lo pusieron allá por el año dosmiltres (mi "odio" a los números me hace escribirlos todos con letra, otra característica mía). Estábamos en que mi mote me lo pusieron allá por el año dosmiltres, un tipo de nombre Manolo -por mote, el de la Bp- tenía
un perro ya fallecido qué se llamaba asín. Por entonces mi cabellera me hacía parecerme al personaje de El libro de la Selva, Mowgli, que traducido a nuestro andalú resulta: mugli, asín en minúsculas todo. Tanto repetir el susodicho me hizo quedarme con él. Mi simpatía hacia ese Manolo no es mucha, así al principio, el mote me disgustaba más por la persona qué lo pronunciaba, que por el "insulto" en sí. Y es qué siempre era pronunciado en tono jocoso, que molestaba aún más si cabe.

Como véis, con el paso de los años, unos seis, me he adecuado bastante al mote, i me suena raro incluso qué me digan AN-TO-NIO, nombre bien bonito, mu flamenco i andalú, como mi admirando Antonio Cruz García, Antonio Mairena, pero respondo por los dos, por el nombre que eligió mi mamá (de haber elegido mi papá habría sido Bernardo, como mi abuelo paterno; ahora sería personaje de Camera Café i contable) i por el mote, qué como ven, lo uso con naturalidad i cariño.

No sé mui bien cómo entré a esto de la bici, he dicho en alguna ocasión, i en el libro de feria de Castro, donde hasta hace dos años, escribía anualmente bajo el título de "Memorias de un loco" que fuí introducido en parte gracias a Javier Millán, ciclista hoi también, pero más culpa quizás tuvo Don Miguel, ese tipo tan alto, qué tanto bien hizo por el ciclismo en este país qué algunos llaman España. YO de pequeño nunca hice deporte, fuí una persona sedentaria, de apedrear perros i tirarnos piedras entre barrios vecinos en Los Serrano con mi primo Agustín, fiel compañero de correrías.

Jamás tuve una buena bicicleta, esa frustación seguro qué influyó también. De bien pequeño tuve una Motoretta GAC de color amarillo, con la cadena algo torcida lo que hacía que estuviese más rota qué arreglada. El aprender a montar en bici me ha costado por ejemplo el aparato qué llevo ahora, pues una de las caídas me partió un diente qué "destruyó" toda la boca, a partir de ahí, empezaron a salirme mal los dientes.

Luego tuve una Torrox de suspensión trasera qué la pobre no aguantaba las "palizas" qué le propinábamos mi primo Agus i YO, como bajar escaleras i demás barbaridades que ahora, lógicamente no haría. Ahora las barbaridades son en forma de horas sobre la bici en soledad.

Esta Torrox fué heredada de forma mui curiosa. En una cuartelá en MercaCórdoba, en la lonja, la iban a tirar, i mi padre la recogió. La adecentamos un poco para echarla a andar i por un par de años sirvió, hasta qué partí el cuadro prácticamente.

Después heredé una de carretera de acero de un primo mío de Córdoba, mui viejuna, qué me venía grandísima, pintada a lunares blancos i negros, como el caballo de Pipi Calzaslargas.... Apenas dí pedales sobre ella. Pero fué también otra semilla.

Luego compré una Metta de color azul a medias con mi padre. YO pagué la mitad cortando ajos i él la otra mitad. Costó apenas veinte mil pesetas en el milnovecientos noventa i poco, era literalmente una patata. Estaba más rota qué arreglada, también, por la mucha calidad de sus componentes. Después vino una Orbea Dakar, de color negra, qué por cuarentamil pesetas compré en Ciclos Cabello, que ahora posee
alguien que hasta echarse novia, fué amigo mío. Ahora, sin acritud, apenas nos hablamos, un hola por el messenger de tarde en tarde i poco más. Evidentemente, Sonia es más guapa qué Antonio Cabrera....

Ya en la siguiente bici, empieza mi historia montillana....

Fué una
Pinarello de color azul, montada en Campagnolo Mirage, mi primera bici de carretera. Tendría el mugli unos diecisiete años. Repartía como ahora publicidad de supermercados. No sé como, tenía unos veinte mil duros ahorrados. El resto, Francisco Espejo Morales.

Estaba por entonces Jose en la tienda, el chiqui. Uno de Castro, Pedro Moreno, me llevó de primeras a preguntar precios i eso a Bicisport Antonio Espejo. YO iba preguntando por una Orbea -por ser española- montada en Campagnolo. El trato allí recibido no fué tan afable como el que me dieron Paco i Jose. Nada más entrar en Ciclos Paco, me preguntaron porqué prefería Orbea, i porqué Campagnolo. YO espliqué mis insólitos porqués. Me gustó cómo me recibieron. Recuerdo nítidamente qué el taller estaba como ahora lleno de gente, i que Jose lavaba una bici.

La siguiente vez, como si de algo trascendental se tratase, fuí acompañado por mi padre. Al final me decidí por un Pinarello Azul qué tenía allí colgado, sólo el cuadro. Paco me "fió" sin conocerme de nada, el resto qué faltaba. Me dijo cómo ahora, el martes está montada ven por ella, pero pasaban los días i los días i nada.... En eso, con el paso de los años, no ha cambiado. En el buen trato a la gente, tampoco.

La estrené subiendo Castro por lo Blando i volviendo por el Basurero, lo que aquí llamamos Cuesta Blanca. Me caí no por los pedales automáticos, sino por querer quitarme el casco i ponerlo en el manillar; ¡¡El primer día!! Rompí el sillín, así de bueno sería. Cómo un niño de pocos años, los primeros días, la bici dormía en mi cuarto bien cerquita a mí, qué cursi, ¿no?

Tendría YO entonces unos diecisete años cuando ya empecé de forma más seria en esto del pedal con esa
Pinarello.

Junto a los comienzos de "mugli", o sea,
año dosmiltres, me decido a cambiar de bici, ya era hora de subir el Marie Blanque con algo más ligero, entonces, de forma totalmente suicida, me decido a comprar sin apenas tener nada ahorrado una bici de casi tres mil euros¡¡!! Paco es a veces un inconsciente, i uno mismo MÁS. Con muchos papeles i dos inviernos de aceitunas pude pagarla, puedo i debo decir qué para ésta i la anterior, mis padres, no dieron un céntimo para cada bici. Mi mamá ha pagado, por ejemplo medio casco Catlike, pero bici no. Así las cosas, la factura de la BH está enmarcada en mi cuarto, con grandes letras: "PAGADO".

De cómo entré a formar parte de la
Peña Cicloturista Montillana, o de cómo se me ocurrió hacer mi página: [ www.cicloturismocordoba.com ], hablaré otro día, si tengo ganas.

Salud i buen pedal.

No hay comentarios: