viernes, 29 de enero de 2010

YO ya he muerto una vez.

Sí, a mí me dieron por muerto una vez. Esta historia es algo peculiar, debiera contarla más en los bares con los colegas para echarnos unas risas. Y lógicamente es verídica, como diría el maestro Paco Gandía.

Me salió un currelillo para cubrir vacaciones en una gasolinera el año dosmilsiete. Cuando fueron a darme de alta no podían porque decían que estaba muerto. Cuando recibí la llamada mi reacción fue algo simpática. Lo primero que hice fue dirigirme a la gasolinera a decir: "Mírame estoi bien vivo".

La explicación es bien sencilla, cuando me dieron de baja en la Seguridad Social al terminar la temporada de las asitunas, el de la gestoría (persona eficiente ésta) me dió de baja por fallecimiento, en vez de "causa baja por fín de actividad"; esto es, cambiar un número cincuenta i cuatro por un cincuenta i seis.

Creí que sería personaje de televisión, i que con esta cruz cargaría el resto de mi vida.

Lo primero que hice en mis algunos "palos de ciego" que dí, fue dirigirme al Juzgado de Paz a pedir una "Fe de vida i estado" oséase, un papelo donde pone que estoi vivo i que me llamo Antonio Cabrera Carretero. Creí que con este papel tendría que ir a cualquier organismo oficial.

Al final la solución fué mas simple de lo esperado.

Mi suerte fué que la persona de la gestoría de la gasolinera, si hizo bien su trabajo, sabía lo que había que hacer i me dijo: "Vete a la oficina de la Seguridad Social qué está por bajo de El Corte Inglés, i pides que te cambien ese cuatro por el seis". No creí que esa fuese la solución, pues era bastante ingénua, pero resultó; inteligente esta mujer.

Creyendo YO que los responsables de mi problema eran funcionarios de la Seguridad Social, me dirigí al sitio indicado bastante enfadado a priori, con ganas de montar el pollo en plan Martínez Soria i sus doscientascincuentaisiete pesetas en "Don Erre que Erre". Acabé frente a una simpática i cincuentona funcionaria. Le dije literalmente: "Me han dado por muerto i vengo a que me resucites". Responde: "Ui¡! Vamos a ver." Le dije para explicarle:"Al darme de baja de las asitunas me dieron de baja por fallecido i no por acabar". Dice: "Sí sí, cambiar de código". Cambió el número i hasta hoi. Dí con una funcionaria que sí tenía ganas de trabajar i sabía perfectamente lo que hacer. Y me dijo que no era la primera vez, que había ocurrido alguna que otra.... Me dieron de alta, i pude trabajar en la gasolinera.

Fuí a decirle al de la Gestoría "Mira lo que me has echo, podía haber sido peor, presta atención que no te pase más". Su reacción fué sacarme un certificado con mi vida laboral cotizada i firmármelo, diciéndome que ya estaba todo normal. Y tanto si lo había arreglando en la Seguridad Social a la mañana. Me quedé a cuadros.

La historia no es mui entretenida, pero algo graciosa, debería contarla más por los bares. La Fe de Vida i estado la guardo lógicamente de recuerdo. Con la Asun, la secretaria de la gasolinera, de tarde en tarde lo recordamos entre risas.

1 comentario:

fran de toro dijo...

Pues si que es graciosa haber atracado un banco como estabas muerto no te habrían encontrado jajaja un abrazo